
Jezz Hill: ‘Cuando empecé la carrera me dije: “Voy a vivir de esto, no sé si pueda o no, pero lo voy a probar”’
El continuo movimiento: eso es Jezz Hill. En Rebelión, una de las últimas aperturas culinarias en el barrio de Palermo, conversa con otras personas y transmite la clara impresión de que hace rato sabe con certeza quién es y qué quiere. A Jezz no le gustan los trabajos de oficina en relación de dependencia, la rutina e ir a lugares por compromiso. A Jezz le gusta manejarse a su propio ritmo, el trabajo creativo y el esfuerzo. “Me divierte estar donde tengo ganas de estar y me aburre lo contrario”, explica.
Jezz es maquilladora hace nueve años pero recorrió un largo camino para encontrar su profesión. Su primer proyecto fue un emprendimiento de caterings para empresas que lanzó con una amiga a los 18 años y que llegó a cubrir eventos de hasta 300 personas. El segundo fue también gastronómico pero individual, y a los 26 se cansó del rubro y empezó a estudiar maquillaje en la escuela de Regina y de Mabby. “La gente que tenía mi edad había empezado a maquillar hace años, empecé grande en comparación”, opina.

Ph: Cuika Foto
¿Cómo y cuándo decidiste que te querías dedicar al maquillaje? Lo veo como una extensión de dibujar y pintar, que es lo que hice toda la vida por disfrute personal. Hoy en día hago maquillaje muy creativo y lo que cambia es el lienzo. Es interesante porque es efímero, la modelo lo tiene un ratito y después se lo saca. En mi adolescencia tuve una época medio gótica y punk donde empecé a jugar con el maquillaje en mi cara, así que cuando empecé pensé que iba a dedicarme a maquillajes de caracterización, de teatro, y al final terminé interesándome más en moda.
¿Tardaste un tiempo en poder vivir de eso? ¿Cómo fue el proceso? Cuando empecé la carrera me dije “voy a vivir de esto, no sé si pueda o no pero lo voy a probar”. Mi forma de ser es tirarme a la pileta y ver qué pasa. Ni siquiera había terminado el curso y ya maquillaba novias, hacía sociales, contactaba fotógrafos para colaboraciones. Por haber estudiado arte ya tenía un sentido estético muy entrenado, así que apenas empecé ya sentía que podía hacerlo. Soy creativa pero también le veo la veta comercial a todo.
¿Cómo fueron tus primeros pasos? Tenía una amiga que era fotógrafa y recién estaba empezando, así que colaboramos entre nosotras para generar material y hacernos un portfolio. En ese entonces se usaba Facebook, Instagram no existía. Creé mi fanpage, pagué por publicidad para que se empiece a extender más allá de mi grupo de amigos, y también me sirvió el boca a boca. Una gran parte de mis ingresos también venía de unas clases de automaquillaje que daba.
“No creo que las ideas vengan solas, sino que están relacionadas al trabajo y la práctica”
¿Cuál es tu proceso creativo cuando creas un maquillaje? Hay una sinergia entre el estilista, fotógrafo, la persona que peina, la productora y yo, siempre es una colaboración. A veces tengo una idea muy marcada de lo que quiero hacer entonces hago un mood board para que todo el mundo esté en la misma línea. Hay días que llego y hago uso de la improvisación, quizás me inspira una silueta en el peinado o el color del vestuario. A veces imprimo una foto de la modelo y dibujo arriba, cosas así. También me sirve pensar en un estilo que todavía no tengo en mi portfolio. No creo que las ideas vengan solas, sino que están relacionadas al trabajo y la práctica. Me gusta cambiar, tengo un estilo pero también me gusta mostrar cosas diferentes.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión? Lo que más me gusta de mi profesión es que nada es igual, todos los días hay un equipo, una locación, una modelo y una idea diferente. Es muy cambiante y no rutinario. Nunca podría trabajar en una oficina, tuve dos trabajos en relación de dependencia pero después siempre me las arreglé para ser freelance.
¿Y lo que menos te gusta? Lo que menos me gusta es arrastrar mi maletín. A veces voy con uno chiquito y a veces voy con dos valijas y bolsos arriba, depende de si tengo que maquillar a muchas modelos o si todavía no tengo clara la idea de lo que voy a hacer. En Nueva York hay muchos edificios sin ascensor, aunque sean de categoría, y a veces tenés que subir seis pisos por escalera.
¿Cómo llegaste a Nueva York? Hace seis años me separé de una relación de siete años. Fue una ruptura muy dolorosa que me dejó el corazón roto, así que fui de vacaciones a Nueva York por diez días para visitar a una amiga que vivía ahí y despejarme. Me encantó y pensé que era el momento justo para un cambio: tenía 29 años, recién me había separado, no tenía hijos ni nada que me atara a Argentina, entonces compré un pasaje y me fui.

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¿Cómo empezaste tu carrera allá? Empecé a tener contactos a través de un novio americano que tenía en ese momento que era peluquero embajador de L’Oréal. En una cena conocí al equipo de marketing y una chica me dijo que le encantaría que nos juntemos de nuevo. Ahí hubo una dosis de suerte en el momento justo. Ellos después me contactaron con Kerastase, Maybelline y otras marcas reconocidas y de ese primer contacto salieron otras cosas.
¿Qué te enseñó Nueva York? Si vos estás dispuesta a trabajar y esforzarte en Nueva York te va a ir bien, hay mucha demanda y la industria es gigante. También hay una cuestión energética: vibrás con la energía del lugar o no. Si no vibrás con esa energía, te expulsa. A mí me encantan las grandes ciudades y vibré enseguida, es fascinante culturalmente. Creo que me enseñó la ética laboral que tengo hoy, que no existe en ningún otro lado. Tenés que dar siempre lo mejor de vos porque no hay tiempo para el error, si te equivocaste buscan a otra persona, hasta tu imagen tiene que ser impecable. Pero lo más importante es que aprendí a estar bien sola, en mi propia compañía. Eso es lo mejor que te puede pasar.
“Me divierte estar donde tengo ganas de estar y me aburre lo contrario”
¿Qué no te gusta del lugar? La mugre, la suciedad, el olor, sobre todo en verano. Tampoco me gusta el sistema de salud de Estados Unidos, es horrible. Pero lo demás me encanta, lo elijo todos los días.
La industria cosmética sigue teniendo problemas con el testeo en animales y su uso en los productos, y vos sos vegana, ¿cómo hacés para que convivan estos dos elementos? Yo soy vegana hace más de cuatro años, y antes de eso fui vegetariana, así que tengo ese tema en la cabeza hace mucho tiempo. Lo veo como una transición, primero empecé con la comida, después empecé a fijarme que la ropa o carteras que compro no sean de origen animal, y por último el tema de la cosmética. En mi maletín todavía tengo cosas que no son cruelty free o veganas, pero todo lo que uso a diario para mi cuidado personal procuro que lo sea. Es una transición lenta porque la industria todavía no hizo los cambios necesarios y como maquilladora es complicado. Si hacés solo maquillaje social es más fácil, pero para el maquillaje creativo todavía no hay muchas opciones.
Hay marcas que aunque digan que no testean en animales hacen negocios con China, donde por ley es necesario, así que aunque la marca no lo haga en otros países, no puede ser catalogada como cruelty free. Es algo que se va a ir dando de forma gradual. Siento que desde mi lado hago todo lo posible para no contribuir con esa industria, empezando por mi alimentación y otros consumos, pero el maquillaje es mi herramienta de trabajo. Por suerte en Estados Unidos esta corriente es cada vez más fuerte y creo que no va a faltar tanto para que la industria cambie porque los consumidores lo están exigiendo.

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¿Red social favorita? Instagram
¿3 características tuyas? Cambiante, independiente y determinada.
¿Algo que te haya enojado mucho? La última vez que me enojé mucho con la vida fue cuando corté con mi ex.
¿A qué colegas o conocidos admirás por su talento y unicidad? Las que se me vienen a la cabeza en este momento son: Jesica Levy (productora), Martina Arcucci (stylist), Sofía Alvarez (fotógrafa), Justina Gomez Romero (galerista). Casualmente todas son mis amigas, me gusta rodearme de gente talentosa y que me inspira.
¿Algo de lo que estés orgullosa? De ser self-made.
¿Mayores miedos? No tener salud.
¿Tu moda favorita de todos los tiempos? Los 70’s.
¿Un TOC? Peinarme las cejas.
¿Un buen consejo que te hayan dado? Que sea fiel a mí misma.
¿Qué querías ser de chica cuando fueras grande? Veterinaria.
¿Un prejuicio sobre algo que hayas cambiado? Creo que la cultura argentina es bastante prejuiciosa. Viviendo afuera no sé si hay uno específico que haya cambiado, pero sí cambié mi percepción.
¿Quién fue la primera persona que creyó en vos? Yo.
¿Cual es tu mayor sueño personal? Tener mi propia compañía relacionada al maquillaje. Todavía no sé si va a ser mi propia marca o algo más relacionado a wellness, pero mi mayor sueño en este momento es llegar a tener algo que no solamente funcione con mi trabajo manual.
¿Algo que te haya flasheado últimamente? Estuve cuatro años sin venir a la Argentina y me sorprendió lo linda y limpia que está Buenos Aires. Sé que hay crisis pero desde afuera me llamó la atención eso.
¿Cómo te malcrías? Me malcrío con self care. Si me sobra tiempo o plata lo gasto en hacerme una mascarilla, ir a hacerme un masaje, ir a la peluquería, o hacerme las manos, siempre tiene que ver con eso.
¿Qué te divierte y qué te aburre? Me divierte estar en donde tengo ganas de estar, y me aburre estar en un lugar por compromiso.
¿Si pudieras viajar en el tiempo que harías? Armaría una revolución ecologista para generar conciencia antes de que todos destruyan el planeta como lo están haciendo en este momento.
Te tomarías un café con… David Bowie
¿Un mito a derribar? Relacionado al maquillaje, que hay que usar ciertos colores o ciertos looks de acuerdo a la forma de la cara o los tonos de cada uno. Para mí cada cual tiene que usar lo que le guste y con lo que se sienta bien.
¿Un libro? Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato.
¿Una película? Laberinto con David Bowie. De chica la vi por lo menos 200 veces, porque todos los fines de semana la alquilaba y la miraba compulsivamente a la mañana, a la tarde y a la noche hasta que mi mamá se cansó de alquilarla y me la compró en VHS, que se usaba en ese momento. Me hace sentir muy niña. Hay películas que quizás me gustan más, pero es tan especial para mí que siempre me quedo con esa.
¿Un disco? The Wall de Pink Floyd.
¿Qué es el éxito? Estar donde uno quiere estar.
¿Cómo es tu vida actualmente? Ocupada pero genial.
¿Qué te tiene entusiasmada actualmente? Esto que estoy haciendo de las masterclasses, estoy intentando abrir un mercado en Latinoamérica y estoy con ese proyecto en la cabeza.