Francesca Macri. Diseñadora y dueña de 917.

Es simpática y carismática, rápida y espontánea, muy ella misma. Puede irse por las ramas, pero vuelve al tema de conversación original con mucha facilidad.

Francesca estudió diseño en la UBA y después se cambió. Sabía perfecto lo que quería. A los 16, cuando la vieja le preguntó que quería para su cumpleaños, ella contestó: una Singer Florencia 64. Laburante y determinada. A los 17, se lo encontró a Benito Fernández y lo atropelló con datos sobre él y sus diseños que ella tenía recontra estudiados y le suplicó: “Por favor déjame trabajar para vos, te llevo el café, trabajo gratis”. Y así empezó con Benito; al poco tiempo ya no llevaba café y era una de las dos diseñadoras de la marca. Estuvo con Benito por tres años, y después se fue cuatro meses a NYC a hacer cursos.

A la vuelta, empezó como vendedora en 917, y al tiempo la invitaron a asociarse.  Ya estaba “re metida, era una más”. Hoy es socia junto a Vicky Achaval.

Una máxima: Más es más. Más muestres tu personalidad, mejor. Más te esfuerces, mejor. Más te vistas, mejor.

¿Cuál es una cualidad que te reconozcas? Trabajo bien en equipo. No me gusta ser la estrella de nada.

¿A quién admiras en tu rubro? Zack Posen, el rey de la moldería. Yo no entiendo como crea ese tipo de prendas. Y, de acá, Martín Churba o Cora Groppo. Me parece que son auténticos, que le meten todo. Es diseño argentino, posta. Los admiro un montón.

“Nosotras estamos mucho con el sobre-capa. Yo soy fanática de las capas, de los kimonos. Las chicas me joden que parezco una cebolla de la cantidad de cosas que siempre tengo puestas. Me gusta eso. Que algo que cuando está quieto tiene una forma, y cuando caminás, es como si fuera una flor, se desarrolla todo un movimiento de lo que dejás atrás”.

En el proceso creativo, interviene todo el equipo. A Fran le importa mucho que haya un fit para cada tipo de cuerpo, no le gusta nada que una clienta se vaya con la sensación de que nada le quedó. No por vender, sino por, de alguna forma, cumplir esa misión como diseñadora y como marca de poder vestir a quien entre por la puerta.

¿Cuáles son las prendas que más te identifican? Todo lo que tenga piel (no en exceso, y siempre de mentira) las capas, y lo rayado.

¿Cuál es tu frase de cabecera? Lo esencial es invisible a los ojos, del Principito.

¿Qué es algo que te aburra soberanamente? La política. Y los números.

¿Una película, un libro y una comida? Blue Valentine, La Sombra del viento y el Risotto.