
Felipe Herrero “Escribo porque no puedo no hacerlo”
Felipe Herrero es una máquina de escribir. Tiene 32 años y quince libros publicados, además de más de 80 libros que editó. Es una persona y muchas al mismo tiempo. Es poeta, librero y editor. Empezó a escribir en el año 1999 y en 2008 publicó su primer libro. En 2011 fundó Melón Editora, su primera editorial que cerró en 2014, y desde 2012 dirige la editorial Lisboa con la que este año planea llegar a su edición número 100.
Este año fue invitado al Festival Latinoamericano de Poesía, que organiza el Centro Cultural de la Cooperación. “Eso fue algo hermoso. Estoy encantado que me hayan invitado a leer mis poemas ahí,” comentó.
Felipe es un escritor apasionado, amante de su vida y un observador. Nos recibió en la cálida librería donde trabaja hace varios años y la cual ama: Libros del Pasaje. Al finalizar la entrevista nos regaló un par de libros propios y otros editados por él.
“Desde que empecé a escribir, no paré,” dijo Felipe Herrero y agregó: “Desde el año 1999 hasta el año 2016 escribí todos los dias sin parar, y no hubo ni un solo dia que yo no escribiera algo, por lo tanto publiqué 16 libros pero tengo otros 50 libros que no publiqué y que nunca voy a publicar. Esos otros 50 libros me funcionaron en ese momento como una cuestión de aprendizaje para que aparecieran otros libros, que fueron los que publiqué”.
EL POETA
¿Por qué escribís? Escribo porque no puedo no hacerlo, como no puedo no respirar o ir al baño. Ya me cuesta muchísimo pensarme sin escribir. Es algo que tengo tatuado, y creo que también mi poesía tiene eso de que es cambiante porque yo soy cambiante. No me gusta quedarme estático en un lugar, me gusta agotar espacios y modos.
¿Algún ritual a la hora de escribir? Preferentemente estar solo, puedo escribir y corregir en cualquier momento, pero prefiero que sea a la mañana por una cuestión de elección. La mañana tiene algo, siento que uno está “más fresco” en la cabeza, que tiene más facilidad.
¿Momento del día o lugar de mayor inspiración? Todo el tiempo estoy escribiendo, continuamente, en la cabeza y a veces hay frases que estoy pensando un montón de tiempo y después las termino volcando. Hay veces que escribo un poema directo, de una, y después lo voy corrigiendo durante todo el día, lo dejo reposar y lo retomo al día siguiente, o a la semana siguiente.
¿Algo que te inspire? Me inspiran las actitudes de la gente. Yo tengo una especie de vasija que voy llenando con situaciones de gente que no conozco, y llega un momento que me hace escribir. También por gente puntual de la cual me emocionan actitudes y escribo. El libro Estoico surgió de esa manera, por la muerte de una persona que padecía de cáncer y en cuatro meses se fue. La actitud que él tuvo ante esa degradación de su cuerpo, una degradación que él mantuvo lúcidamente desde el estoicismo, manteniéndose fiel hasta el último momento y haciendo que la gente a su alrededor no estuviera tan triste. Él se ocupaba de que esa gente estuviese bien, y eso me pareció muy valiente y muy hermoso. Todo eso fue una inspiración tremenda y escribí el libro en 15 días, todo de golpe, y tuvo muy pocas correcciones.
¿Cómo definís tu poesía? Siento que aún soy muy joven para definirla, pero que va a ser polifacética, va a abarcar un montón de cosas. Va abarcar los temas de siempre que son recurrentes en la poesía: la muerte, la vida, el sol, etc. El tema está en cómo cada uno arriba a esos puntos. Por cómo son mis 16 libros hasta ahora, lo que puedo decir es que cada uno tiene un mecanismo, tanto escritural como correctivo, totalmente diferente al anterior. No me vuelvo a repetir. Por ejemplo en uno hablo de la muerte desde un lugar mucho más inmediato, con un lenguaje “más hablado” y en otro hablo de la guerra con un lenguaje que se traba continuamente, que avanza a partir de esas trabas y de esas complicaciones que en ese momento me pareció oportuno para escribir algo de la guerra, de una forma caótica.
¿Tus mejores tres poemas? Los mejores no sé cuales son. Los que más me gustan de los que escribí son: “Encéfalo”, el segundo poema de Estoico; después me gusta mucho un Soneto que se llama “La poesía” que cierra el libro que estoy terminando, Nueva Poemas; y finalmente “Sin Techo”, uno de Luz Natal que va a salir ahora próximamente.
¿Tus poetas referentes? Son cambiantes. De este país me conmueve Baldomero Fernández Moreno, Alberto Vanasco; Alfredo Veiravé, Horacio Salas definitivamente y Leonardo Martínez. Borges también tiene lo suyo, me gusta mucho su rectitud a la hora de escribir.
¿Algún poeta que te hubiese gustado conocer? Al poeta uruguayo Jorge Meretta, que falleció en 2012, porque tenía esa cuestión multifacética en la parte escritural. Me siento identificado con él y con su incesante búsqueda, no solo desde el “qué escribo” sino desde el “cómo lo escribo”. Eso me parece muy interesante porque es un doble riesgo, es exponerse a algo que antes no había hecho y ver qué pasa.
¿Algún libro en especial? “Las habitaciones despiertas” de Daniel Cristaldo. Ese libro me voló la cabeza, y ahí me metí a fondo con la poesía e hice dos blogs: Huesía y Huesía 2. Con huesía me refiero a la poesía que surge desde el esqueleto, desde el hueso, desde la estructura del ser humano.
EL EDITOR
¿Cómo ves la actualidad del negocio editorial para la poesía? Está terrible, cada vez peor. Encima yo hago tiradas chicas de los libros por lo cual no entiendo a las editoriales que publican muchos ejemplares. No entiendo cómo hacen para venderlos. No sé cómo hacen para colocarlos en las librerías que cada día empiezan a exponer cosas más inmediatas, con menos carga literaria y menos participación del lector a la hora de leerlas.
¿Algún mito que derribar sobre la poesía? La poesía no es de acceso simple, requiere de mucha participación del lector. La poesía no está volando por cualquier lado, puede volar por cualquier lado, que es distinto pero siempre tiene un lazo fuerte a la tierra y a lo que está pasando. No creo que la poesía sea un grupo de locos que sueñan cualquier cosa y escriben, porque no es así.
EL LIBRERO
¿Qué te gusta de ser librero? Ser librero para mí es como escribir, como respirar. Yo respiro cada vez que entro a la liberaría. Mi jefa se ríe todo el tiempo por qué cuando llegan los libros yo los huelo, tienen diferentes olores, por la imprenta, el pegamento y el papel que utilizan; pero hay veces que tienen olores muy ricos y eso perfuma la librería. Perfuma a la librería por lo que tienen ahí dentro también. Hay una cuestión del olor de los libros que está completamente ligado a lo que son esos libros por dentro.
¿Actualmente en qué proyectos estás? Como editor estoy por publicar la segunda parte de la obra poética de Horacio Salas. También trabajando en la obra poética de Rosario Andrada. Además están a punto de salir de la imprenta un libro de Juano Villafañe y un libro mío, el número dieciseisavo. Finalmente estoy trabajando con un poemario de Augusto Munaro y con otro de Juana Luján, la hija de María Teresa Andruetto, que escribe muy bien.
¿Algún consejo que te hayan dado? ¿Quién? Que nunca me rinda, me lo han dicho muchos. Horacio Salas y Alfredo Fressia entre otros. Me auto-bombeo en el tema del aguante, de seguir adelante a pesar de que haya pasado algo. Esto es lo que amo hacer de mi vida, si me muero el día de hoy voy a sentir que ya voy a estar hecho, hice lo que quería hacer y hago lo que quiero hacer.
FELIPE
¿Qué haces en tu tiempo libre? En mi tiempo libre estoy con Patricio, Elena y mi novia. Patricio y Elena son mis dos gatitos. Quizás veo a alguna película, me gusta también separarme mucho de lo intelectual. Me gusta ver cosas bien “berretas” que no tienen nada que ver para apagar el cerebro. Mi cabeza es una ensalada, entre lo escritural, la edición, en la librería y las presentaciones, necesito ver Rambo.
¿Si no hubieses sido poeta/escritor/librero tenés idea que hubieses sido? No. No sé. De chiquito quería ser astronauta, pero nada más. Quizás de más chico podía darte una respuesta a esto, pero ya no. Es parte de mi, es lo que me hace ser yo mismo.
De acá a 5 o 10 años ¿Cómo te ves? Me veo igual, pero con más ediciones. Concretando varios proyectos mega enormes que tengo a nivel editorial. Trabajando me veo en el mismo lugar, porque amo la librería, amo Libros del Pasaje. También me veo con hijos, escribiendo y participando de varios festivales de Latinoamérica.
Para los más lectores
En el poema del libro Pirueta Solar, “Ojalá” ¿Por qué ojalá? Me encanta la palabra ojalá, siempre me gustó. Es una palabra muy hermosa, tanto por lo que connota como por la parte escrita. Ojalá, la o, la jota; o – ja –lá. Cuando pienso en la palabra, pienso en un espejo, en una ola, en una hoja y en un reflejo de esa hoja. Es muy loco lo que me pasa con esa palabra, por fuera de lo que quiere decir.