
Cristián Dellarole. Creador de Bon Bua Taller de Marcos.
En el medio del Barrio Chino, en un lugar que nunca viste y no podes creer que exista, está el taller de Cristián. Sale la perra a recibirte, está la puerta abierta, aparece Cristián que junto con un beso te da un mate, y de fondo suenan los strokes. Ya está.
Estudió administración de empresas, y diseño industrial. Ambas lo nutrieron, ambas resultaron inacabadas. Para juntar plata para un viaje, trabajó en La Martina, y comenzó a hacer carrera ahí, donde permaneció por 8 años.
Al tiempo de terminada esa etapa, creó y desarolló, junto a socios, una marca de alpargatas propia llamada ‘Alwe’. Pero tampoco estaba ahí la respuesta a su búsqueda.
Paralelamente y de forma constante mantuvo nutrido su contacto con el mundo del arte, inducido quizás por herencia -su madre es artista- Cristián pintaba, expuso sus obras, e iba/va seguido a muestras y exposiciones.
Cómo surge Bon Bua? A raíz de una charla con un amigo filósofo sobre el trabajo del artesano, del hacer con las manos, como otra respuesta al común denominador del sistema en el que vivimos. Eso sembró una semilla. Era un momento de pelota parada, ya pisaba los 30, tenía ganas de meterle a algo, y que ya fuera.
Un dia manda a enmarcar unas cosas para su casa a lo de un vecino marquero, ‘y en una actitud casi de contemplación pude ver algo que me inspiró. Meterme otra vez en ese río que fue siempre por lo bajo, que es el arte’.
Así lo decidió aprender. Encontró un maestro, a 2 trenes de distancia de su casa en dirección opuesta a su zona de confort, que le enseñó el oficio y el arte de la marquería durante 6 meses intensivos. Según Cristián, encontró a su Yoda.
“Fui a conocerlo, y me encontré con algo que no lo podía creer. Fue una sensación de satisfacción tan plena. Satisfacción en el mero hecho de empezar algo de la nada y terminarlo, y que eso haya pasado por tus manos, y que hayan habido decisiones tuyas, cuidados tuyos. Es una experiencia que es muy distinta al mundo de las ideas. Y a partir de ahí empecé, y no paré nunca.”
“La búsqueda del marco perfecto se puede asemejar a la figura del ouroboro, que es una serpiente que se come su propia cola. El buen enmarcado, o el enmarcado ideal de una obra, en su dialogo, tiene que abrir tanto como cerrar esa obra. Por eso este símbolo de infinito, de movimiento.”
¿Cuál es el momento de mayor disfrute? Hay dos. Uno es la charla que uno establece con la persona que te trae a enmarcar, porque es un momento de riquezas y de disfrute enorme. Y el segundo, es un disfrute más hedonista, hace a un placer más egoísta, que es cuando lo terminás.
¿Cómo Bon Bua te ha hecho mejor persona? Uno, por estar haciendo lo que me gusta. Creo que cualquier persona que hace lo que ama, ya es mejor persona, porque es feliz. Segundo hay algo en el trabajar con las manos que es super terapéutico, real. Y la otra es el contacto con artistas, que son personas maravillosas. Gente que se cuestiona, que se la juega. Y la verdad es que ese contacto ayuda mucho a uno a crecer.
3 características que hablen de vos: Perseverancia, la forma positiva de ver las cosas y el humanismo.
Consejo del Yoda: En algún momento, vas a tener que tomar una decisión en tu vida. O dedicar el tiempo a laburar, o encontrar un equilibrio, dándole más relevancia a la vida de uno, a la salud. Podes caer muy fácil en laburar 24/7, porque te involucras, porque te gusta. Pero tené cuidado. Al final y al cabo, me dijo ‘ojo con auto-explotarte’ lograste salir de un sistema de explotación casi automática, no caigas en hacerte lo mismo.
¿Qué obra, de qué museo te gustaría enmarcar? Me interesa mucho más el arte que viene o el que va a venir, el presente más que el anterior.
¿Qué te inspira? El camino de la calidad.
¿Una canción que te haga bailar? Muchas. Te voy a decir una. Billy Jean de Michael Jackson.
¿Un pendiente en la vida? Viajar a Asia.
¿Con quién compartirías un vino? Con cualquiera que toque mi puerta.